Reseña #12 - Cable para Altavoces Invictus Altavoz - Pruebe un Ricable

No soy un super-experto en cable, no soy un experto en cable, pero creo que la verdad está siempre en algún punto intermedio. Más una experiencia personal que una crítica. Definitivamente hay un abismo tangible entre el cable rojo y negro barato y un cable dedicado de nivel básico. También estoy convencido de que cuanto más alta es la calidad/complejidad/coste de un cable, más estrecho es el margen de apreciación. Ni que decir tiene que tiene que haber algún tipo de equilibrio: cuanto más valiosos sean los elementos de la cadena de audio, más reveladora será la contribución de un cable de calidad al sistema, que expresará su sentido de la existencia en comparación quizás con una configuración más barata.

Basándome en esta convicción, quise probar el mejor cable de altavoz de Ricable: elInvictus. En un sistema al que tardé bastante en acceder: el mejor integrado Grandinote, el Supremo, su streamer Volta y sus altavoces Mach 2P. Una vez alcanzado un punto de excelencia con la electrónica, hay que pasar a la "puesta a punto", mejorando los cables de señal, para Altavoces y de alimentación. El nuevo juego se convierte entonces en empezar a intentar averiguar cuáles pueden ser las diferencias mejorando nuestras conexiones, sobre todo cuando tienes una idea concreta del rendimiento de tu sistema tras varias horas de escucha.

Como ya he dicho, no soy un escéptico del cable, pero tampoco soy un fundamentalista del cable en la cima, así que mi punto de partida fue una línea de cable justo por encima del nivel de entrada de una empresa conocida. Luego lo comparé con los cables para Altavoces Invictus de Ricable y en un sistema como el mío la diferencia era bastante clara. Uno de los primeros adjetivos que utilizaría para describirlos es "equilibrio". Soy especialmente sensible a los tonos agudos y con este cable percibí claramente más detalles en los agudos a cambio de menos fatiga, lo que por sí solo se amortizó. El otro extremo también se beneficia con un bajo aún más ajustado y controlado.

Un cable transparente, que es entonces la sublimación de la propia tarea de un cable, devuelve un sonido definido y (perdón por el término excesivamente usado) material. Si el sistema se lo permite, estará ahí para captar pequeños detalles que antes no eran tan evidentes. Y, con toda probabilidad, también detalles mucho más notables.