Reseña #133 - Cable Invictus Speaker Reference MKII - Reseña Ricable
En el pasado he utilizado cables Ricable para Altavoces de gama básica y también he leído varias críticas (positivas) sobre productos Ricable. Por lo tanto, quería intentar mejorar el rendimiento de mi sistema (y de mis altavoces) equipándolos con cables para Altavoces de mayor calidad que los que tenía (VDH de nivel medio).
Me convencieron, en particular, los comentarios positivos, la posibilidad de devolución, la garantía de por vida ofrecida, la asistencia prestada incluso en preventa, y la seriedad y fiabilidad demostradas.


y estética del producto?
El embalaje, la calidad de construcción y la estética (teniendo en cuenta también la nada desdeñable posibilidad de elegir los acabados disponibles y el tipo de conexiones) eran excelentes. Pude apreciar (y sigo apreciando) la calidad de construcción (ya vista en el pasado), la atención al detalle, el acabado, la solidez y la estética del producto.
He probado los cables (comparándolos con los anteriores - VDH de calidad media) y aún los estoy domando escuchando los géneros que más me gustan (especialmente rock y jazz). Escribo ahora después de muchas horas de escucha (aprox. 200) a varios volúmenes (suave, medio e incluso el volumen sostenido que permite la etapa de potencia que poseo) y puedo decir con certeza que el control (así como la calidad) y el rendimiento del sistema y de los altavoces han mejorado notablemente.


impresiones auditivas?
En comparación con los cables anteriores, el rendimiento general es más transparente: los microdetalles y matices que antes estaban velados ahora emergen con mayor naturalidad. La puesta en escena sonora y la tridimensionalidad han mejorado mucho: la escena es más abierta, sobre todo en profundidad (con el Cornwall IV -ya de por sí amplio y dinámico- obtuve una imagen más estable, menos "plana" y más aireada).
En la gama baja, en comparación con los cables anteriores (que tendían a ser un poco secos y "tirados"), el Invictus aportó más cuerpo y control (una ventaja evidente, con unos graves más integrados y menos "gomosos", incluso sin el uso de los dos subwoofers que poseo).
En la gama alta, en la escucha (que antes resultaba áspera y fatigosa a la larga, sobre todo con las bocinas Klipsch) encontré gran suavidad (sin sacrificar detalle), menos dureza y naturalidad. La dinámica (ya de por sí amplia) tiene ahora más control: no hay sólo "potencia bruta" y se añade la sensación de que cada instrumento está en su sitio, con más precisión.
Sus conclusiones.
En conclusión, el Invictus refinó definitivamente el sonido y la escucha. El efecto (incluso después de muchas horas de rodaje) fue pasar de un rendimiento bueno pero algo "granulado" a otro más fluido, natural y tridimensional. En mi sistema, la entrada del Invictus dio como resultado una experiencia de escucha más prolongada, nunca fatigante y ciertamente más armoniosa y agradable.