Revisión #2 - Netzkabel Dedalus Power - Pruebe una Ricable

Desde hace algún tiempo, la audiofilia es un tema de debate cada vez más popular, sobre la importancia de los cables en el complejo sistema de la cadena Hi-Fi que todo aficionado intenta realizar lo mejor posible.
Reconozco que el tema ha captado mi interés no hace mucho tiempo, es decir, desde que se extendió entre los amigos la costumbre de intercambiar los respectivos cables, dándoles así la oportunidad de probar su sistema de referencia con diferentes cables.
Sigo Ricable precisamente por un intercambio temporal que me llevó a poseer un cable de interconexión balanceado que, en lugar de mi habitual RCA, del reproductor de cd al amplificador, había dado muy buenos resultados.
Los cables de alimentación, en cambio, observo que son quizás menos apasionantes que las otras categorías, porque su contribución al mejor rendimiento del sistema choca inevitablemente con los problemas derivados de la red doméstica, a menudo perturbada y sujeta a desagradables fluctuaciones de intensidad. De ahí la carrera por el cableado de calidad, los filtros, las tomas múltiples de la era espacial, que acaban costando no sólo mucho dinero, sino también el sentido de la contribución que un Netzkabel puede hacer realmente al buen sonido.
Sin embargo, a decir verdad, Dedalus Power DP15 me sorprendió al resolver inmediatamente, nada más instalarlo, un problema que me perseguía desde hacía tiempo.
Pero vayamos por orden.
El cable llegó desde Ricable extremadamente rápido en comparación con mi decisión de unirme a la campaña de prueba. Y llegó en un embalaje de gran calidad. A pesar de su considerable peso, me sorprendió su manejabilidad, que me permitió enchufarlo con facilidad, a pesar de que tenía un espacio difícil en la parte trasera entre la electrónica y el enchufe. En comparación con el cable que suelo utilizar, de una conocida marca holandesa, Dedalus DP15 resultó ser más suave, a pesar de pesar casi el doble.
Los conectores resultaron ser de una solidez que no he encontrado en otros cables hasta el momento, y en la comparación anterior Dedalus gana con mucha facilidad.

Me refería a un sonido más amplio, sobre todo en las piezas clásicas: el piano de Sakamoto en Merry Christmas Mr. Lawrence y el Clair de lune de Debussy llenaban la sala, según una tridimensionalidad que, paradójicamente, me parecía más evidente a un volumen medio-bajo que a uno más alto.
Aquí había una sensación que se hacía tangible, física, pues mi dedo ya no buscaba el mando del volumen. Dedalus me permitía una escucha excelente a bajo volumen, especialmente en los temas de pop rock: Magic de Coldplay, así como Wonderwall de Oasis no requerían los volúmenes habituales a los que estaba acostumbrado, sino que eran capaces de desplegar toda su energía incluso a bajo volumen.