La importancia del entorno de escucha en Hi-Fi
Los factores que caracterizan el rendimiento de un sistema de alta fidelidad son innumerables. Los primeros en los que pensamos son la electrónica y los cables. para Altavoces Que a su vez se dividen en varios tipos: amplificadores, altavoces, fuentes, etc. en el primer caso; cables de alimentación, cables de señal, etc. en el segundo. A esto hay que añadir las variables de fabricante, modelo, desgaste y, en fin, de todo. Para regocijo de los audiófilos, hay mucho que probar y probar. Sin embargo, hay un elemento que a menudo se olvida, quizá deliberadamente, ya que es sobre el que resulta más difícil intervenir. Hablamos del entorno de escucha en Hi-Fi, un entorno de cuya importancia se dieron cuenta enseguida los antiguos griegos; basta con pensar en en el Antiguo Teatro de Epidauroque presume de una acústica perfecta que sigue siendo impresionante hoy en día. He aquí, pues, cuatro consejos generales para mejorar la suya.
El triángulo de la audición Hi-Fi
Este es el consejo en el que más o menos todo el mundo está de acuerdo. El triángulo de escucha es lo que debe formarse teniendo los dos altavoces y la cabeza del oyente como puntos de un triángulo equilátero. La simetría debe ser total, al igual que es importante que la altura a la que se colocan los altavoces, especialmente el tweeter, sea la misma que la del oyente. Algunos audiófilos, sin embargo, prefieren una configuración que se aproxime a la forma de un triángulo isósceles; como escribimos en la introducción, hay muchas variables, por lo que lo que podemos recomendar es realizar pruebas a lo largo y ancho, para averiguar cuál es la mejor formación según su sala de escucha Hi-Fi y sus gustos. En cualquier caso, la forma preferible de la sala de escucha es sin duda la rectangular, tanto si opta por el triángulo isósceles como por el triángulo equilátero, ya que tanto detrás de usted como detrás de los altavoces conviene conservar una cierta distancia.
Mobiliario para frecuencias altas y bajas
La absorción de las ondas sonoras es lo que tenemos que trabajar si las frecuencias altas nos parecen demasiado agudas en nuestro sistema Hi-Fi. Afortunadamente, esto es algo que podemos hacer con objetos cotidianos. Las cortinas, las estanterías y los cuadros son buenos para nuestro propósito, siempre que no tengan superficies reflectantes de cristal. Se puede pensar en comprar paneles fonoabsorbentes, que ahora se encuentran en muchas tiendas especializadas, pero también es posible obtener resultados discretos con los instrumentos antes mencionados, sin tener que rascarse la cartera. Con el exceso de graves, la solución al problema se complica un poco más.
Si oyes frecuencias bajas demasiado pronunciadas, o notas verdaderos estruendos, debes intentar mover los muebles o al menos intervenir con alfombras. Las hay específicas para este fin, que siempre se pueden encontrar en tiendas especializadas. En caso de que el gasto te parezca considerable, siempre puedes declinarte por las alfombras que tengas en casa, dando preferencia a las gruesas y de pelo largo. Por último, los muebles pueden ser un aliado para suavizar las esquinas de la habitación. Si es posible, coloca un mueble en un ángulo de 45° o una librería colocada de lado, o al menos una planta, para reducir los reflejos demasiado pronunciados.
Los materiales del entorno de escucha
Los materiales que nos rodean contribuyen decisivamente al rendimiento sonoro del sistema en la sala de escucha Hi-Fi. Pero, por desgracia, si encontramos problemas a causa de ellos, a menudo tenemos que gastar sumas considerables de dinero. Hablemos, por ejemplo, de las paredes. Cuanto más gruesas y sólidas sean, mejor, tanto para el impacto de las bajas frecuencias como para un buen aislamiento. Si la tuya es una pared de pladur, las vibraciones serán muy altas y el sonido se verá sustancialmente comprometido. El mismo problema de vibraciones se aplica también a puertas y ventanas; es mejor evitar que estén cerca de las esquinas de la habitación y evitar que estén cubiertas con cortinas, sobre todo estas últimas.
La pared a la que hay que prestar más atención es la que está detrás de los altavoces. Un buen tratamiento acústico de esta parte de la sala garantiza excelentes resultados. En general, es bueno respetar la simetría del mobiliario, incluida la de algunos posibles (y recomendables) cuadros en las paredes laterales en relación con el punto de escucha. Consideremos ahora los suelos, para los que el mejor material es la madera. Los peores son el mármol (demasiado reflectante) o la moqueta (muy absorbente). Afortunadamente, en este caso no tenemos que improvisar como carpinteros expertos, pero mucho menos será suficiente. De hecho, en el caso de los suelos de baldosas o mármol, una alfombra gruesa entre los altavoces y el punto de escucha reducirá considerablemente los problemas. En general, las superficies reflectantes deben evitarse en la medida de lo posible.
Explotar los muros
Pensamos en los muros sobre todo como un problema que hay que resolver. Esto es parcialmente cierto. La mayoría de los altavoces están diseñados para tener un cierto espacio entre ellos y las paredes, de modo que el sonido pueda venir directamente de ahí y no, por reflexión, de las paredes de la habitación en la que estamos. Por lo tanto, mantener un cierto espacio entre las paredes y los altavoces es siempre un requisito previo para un buen rendimiento acústico de nuestro sistema Hi-Fi.
Al mismo tiempo, cuando el nivel de la electrónica sube al menos a bueno, entra en juego la tridimensionalidad del escenario sonoro y la imagen sonora. La imagen sonora es la ilusión de tener delante un escenario sonoro en toda regla, que por tanto tiene su propia anchura, altura y profundidad. Un aprovechamiento "positivo" de las paredes puede dar excelentes resultados en la mejora de estas características. Volviendo al tema de las cortinas, hay al menos dos posiciones que mejoran la imagen: la primera es en las paredes laterales, a medio camino entre los altavoces y el punto de escucha; la segunda es inmediatamente detrás del punto de escucha, a nuestra espalda. Señalemos que también existen paneles ad hoc diseñados precisamente para este fin.
Consideraciones finales
A todas estas consideraciones hay que añadir algunas finales. La primera es que cuanto mayor sea el nivel del sistema, más sensible será a cualquier modificación que se realice. Por otra parte, si se dispone de un sistema Hi-Fi de bajo rendimiento, difícilmente se podrán hacer milagros, aunque se tomen todas las medidas posibles. Hay que decir, sin embargo, que un buen sistema, puesto en condiciones de dar lo mejor de sí mismo, será capaz de proporcionar satisfacción al oyente; al mismo tiempo, un gran sistema Hi-Fi colocado en una habitación que sea acústicamente mala será extremadamente decepcionante de escuchar.
El segundo punto que queremos destacar es que, en esta ocasión quizá incluso más que en otras, las pruebas largas son el punto de partida fundamental para entender cómo moverse. Así que haz que tu cerebro se centre exclusivamente en el sonido. No des nada por sentado (abriendo o cerrando las puertas de tu sala) e intenta realizar sesiones de escucha con los mismos ajustes fragmentadas durante un periodo bastante largo, evitando "encender y apagar". Por último, no olvide la importancia del entorno de escucha Hi-Fi no sólo desde el punto de vista del sonido, sino también del impacto emocional.
Antes de dejarle explorar nuestro catálogo, queremos compartir con usted un dato. Algunos afirman que las gafas mejoran la audición porque, al reflejar la señal, consiguen que parte de ella procedente del altavoz derecho no llegue al oído izquierdo, y viceversa. Esto beneficiaría a la amplitud lateral de la imagen. ¿Es esto cierto? Creemos que no, pero no cuesta nada probarlo...