Por qué no fabricamos cables ópticos Hi-Fi

¿Por qué no fabricamos cables ópticos Hi-Fi? Esta es una de las preguntas que suelen hacerse quienes nos conocen desde hace más tiempo. De hecho, los cables ópticos no aparecen por ninguna parte en nuestro catálogo. Y hay una razón para ello (en realidad, más de una). Pero primero vamos a arrojar algo de luz sobre qué es un cable óptico y cómo surgió.

Los cables ópticos son cables fabricados con fibra óptica, es decir, un material formado por filamentos vítreos o macromoleculares (poliméricos), fabricados de manera que puedan conducir la luz en su interior. El uso de esta fibra permite disponer de cables flexibles sustancialmente inmunes a las perturbaciones eléctricas y a las condiciones atmosféricas, y poco afectados por las variaciones de temperatura. Esto ha llevado a su uso más común en las telecomunicaciones de larga distancia.

Sin embargo, éste no fue el primer uso. El principio en el que se basa la fibra óptica fue demostrado en París, hacia 1840, por Daniel Colladon e Jacques Babinet. El llamado principio de reflexión total interna se utilizó inicialmente para iluminar fuentes públicas. No fue hasta mediados del siglo XX cuando la investigación se centró en la transmisión de imágenes a través de un haz de fibra: el primer uso fue el gastroscopio médico. Sólo un siglo después, en 1956, Lawrence E. Curtiss fabricó físicamente la primera fibra óptica, realizando así el primer gastroscopio de fibra óptica semiflexible. Pero la primera fibra óptica para la comunicación fue inventada en 1970 por los investigadores Robert D. Maurer, Donald Keck, Peter Schultz y Frank Zimar, empleados del fabricante de vidrio estadounidense Corning.

Para ver el cable óptico en audio tenemos que esperar hasta los años 80, más concretamente hasta 1983, gracias a una solución que todavía hoy está disponible en algunos aparatos, sobre todo en los que tienen unos cuantos años a sus espaldas.

Toshiba ideó unos cables que transferían pulsos de luz láser generados por LED mediante fibra óptica. Dado su creador, el estándar adoptó el nombre de Toshiba-Link o TOSLINK. Inicialmente, TOSLINK estaba destinado a conectar únicamente reproductores y receptores de CD de la empresa matriz, pero más tarde fue adoptado también por muchas otras compañías. El formato digital que transmitían los cables con conectores TOSLINK era el famoso S/PDIF (abreviatura de "Sony/Philips Digital Interface Format"), una versión comercial de la norma AES/EBU.

Nuestra última pregunta es: ¿se comercializarán cables ópticos Hi-Fi Ricable? La respuesta parece ser negativa. Los cables ópticos son una realidad obsoleta. Además, carecen de lógica comercial; su demanda es tan reducida que no justificaría el coste de diseñar un cable óptico. Por último, pero no menos importante (¡de hecho!), la construcción de un cable óptico requiere tal maquinaria que nos veríamos obligados a externalizar la producción, lo que va en contra de la filosofía Ricable. Sin embargo, nadie tiene una bola de cristal; quién sabe, quizá por efecto de la nostalgia (estilo vinilo y casete) o debido al "boom" retardado de realidades ya existentes (como ocurrió con el protocolo I²S) ni siquiera el catálogo Ricable tendrá su propio cable óptico Hi-Fi. Mientras tanto, puede comprobarlo con la oferta actual, que en cualquier caso ya es capaz de satisfacer el paladar de la gran mayoría de los audiófilos.